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La carrera humana por las dos horas en la maratón

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-Keniano Dennis Kimetto logra récord mundial de maratón en Berlín (VIDEO)

La posibilidad de que un atleta rompa alguna vez la barrera de las dos horas en el maratón (42,195 kilómetros) ha generado una discusión encarnizada entre científicos, matemáticos, estadísticos y fisiólogos, que acumulan argumentos en favor de su tesis, a favor o en contra. 

Mientras, los atletas por su cuenta, siguen corriendo y cada vez más rápido, sumando argumentos a favor del sí, sí, se puede bajar de dos horas, cada año en el Berlín que estrena el otoño con sol y frío (ocho grados a las nueve de la mañana, en la salida), como esta mañana dominical ha hecho el keniano Dennis Kimetto, de 30 años, quien no solo ha batido el récord del mundo, como se ansiaba y esperaba, sino que lo ha hecho rompiendo, con un tiempo de 2h 2m 57s, una nueva barrera, la de dos horas y tres minutos, como si los límites al rendimiento no fueran más que cuestiones que preocupan a los teóricos.

El anterior récord, conseguido hace un año, y también en Berlín, por supuesto,lo tenía en su poder otro keniano, Wilson Kipsang, en 2h 3m 23s.

Es la quinta vez que en los últimos ocho años se bate el récord del mundo en la plana Berlín, a los pies de la puerta de Brandemburgo, y siete de las 10 mejores marcas en la historia del maratón se han conseguido junto al Tiergarten berlinés. Allí, en la capital alemana, el etíope Haile Gebrselassie rompió la barrera de las 2h 4m cuando batió, en 2008, por segunda vez el récord del mundo en el mismo recorrido. Y allí, al final de la Unter den Linden (la avenida de los tilos), hace 11 años, otro keniano, Paul Tergat, fue el primer hombre que bajó de las 2h 5m (2h 4m 55s).

“Me siento muy bien porque he ganado una carrera muy dura”, dijo Kimetto, alto, longilíneo y de voz suave, cuya anterior mejor marca era de 2h 3m 43s (con ella, la tercera mejor de la historia, batió el récord del maratón de Chicago en 2013) y que se embolsará 120.000 euros de bonus por su récord. “Me sentí bien desde el comienzo, y ya en los últimos cinco kilómetros estaba seguro de batir el récord”.

Ya la víspera había avisado Kimetto que si el tiempo era bueno correría hacia el récord. Y, sin embargo, llegado al medio maratón en un grupo que incluía a sus dos principales rivales, Emmanuel Mutai (ganador en Londres en 2011 y con una mejor marca también inferior a las 2h 4m) y Geoffrey Kamworor (campeón del mundo de media maratón con una marca por debajo de los 59m), su tiempo de paso, 61m 45s, era 13s más lento que el de Kipsang el año pasado e incluso 1s más lento que el de Patrick Makau cuando batió el récord (2h 3m 38s) en Berlín 2011. Pero entonces, las liebres comenzaron a acelerar y en el kilómetro 30, cuando se retiraron tras un parcial de cinco kilómetros de poco más de 14m y dejando solo al trío de kenianos, el tiempo de paso era 24s más rápido que el de Kipsang. Tras resistir un par de duros ataques de Mutai, Kimetto, llegado el kilómetro 38, se marchó solo, imparable, a la velocidad de la luz hacia la victoria, el récord, la barrera de las dos horas y tres minutos. Para conseguirlo, como lo consiguió, debió correr la segunda media maratón en 61m 12s.

Que Kimetto, plusmarquista mundial de los 25 kilómetros, fuera capaz de batir el récord del maratón no lo dudaba nadie desde hace dos años al menos, cuando se hizo famoso por dejar ganar el mismo maratón de Berlín a su compatriota y compañero de entrenamientos Geoffrey Mutai. Fue aquel su debut en el maratón, y su única derrota (exceptuando la retirada esta primavera del maratón de Boston por problemas en los isquiotibiales). Después, en todos los maratones que corrió no solo ganó, sino que batió el récord de la prueba. Lo hizo en Tokio y en Chicago en 2013. Su última carrera fue una media maratón, en la República Checa, que corrió, quizás premonitoriamente, en 61m 42s, un tiempo casi clavado al de su paso de este domingo en Berlín.

Evolución histórica de la marca

-Khalid Khannouchi (EEUU).  2 horas, 5 minutos y 42 segundos. Maratón de Chicago (EEUU), 24 de octubre de 1999.

-Khalid Khannouchi (EEUU). 2:05:38. Maratón de Londres (Reino Unido), 14 de abril de 2002.

-Paul Tergat (Kenia).2:04:55. Maratón de Berlín (Alemania), 28 de septiembre de 2003.

-Haile Gebrselassie (Etiopia). 2:04:26. Maratón de Berlín (Al.), 30 de septiembre de 2007.

-Haile Gebrselassie (Etiopia). 2:03:59. Maratón de Berlín (Al.), 28 de septiembre de 2008.

-Patrick Makau (Kenia).2:03:38. Maratón de Berlín (Al.), 25 de septiembre de 2011.

-Wilson Kipsang (Kenia).2:03:23. Maratón de Berlín (Al.), 29 de septiembre de 2013.

-Dennis Kimetto (Kenia).2:02:57. Maratón de Berlín (Al.), 28 de septiembre de 2014.

 

El fondista africano, resistencia y velocidad

A un soldado griego, Filípides, lo mató un infarto tras informar a sus superiores de la victoria sobre los persas. Venía de correr, con armadura y todo, unos 40 kilómetros: los que separan las ciudades de Maratón y Atenas. Nacido de esta leyenda, el maratón fascina a muchos científicos y genera controversias. En 1909, unos prestigiosos cardiólogos norteamericanos escribieron en el New York Times que sólo individuos excepcionales serían capaces de correr un maratón. Y eso, a riesgo de acortar su vida y dañar su corazón. Qué equivocados estaban: millones de personas, algunos de más de 90 o 100 años, corren maratones cada año y, salvo excepciones, sólo los enfermos o los no entrenados arriesgan su salud. De hecho, un hipotético récord de menos de 2 horas no parece tan lejano: a menos de 10 años vista, según previsiones recientes, y acaso posible a día de hoy según algunos.

Los humanos estamos hechos para correr largas distancias. Tanto o más que cualquier otro animal. De hecho nuestro modo de correr en bipedestación y con poco gasto energético nos distingue de otros animales genéticamente muy próximos a nosotros, como los gorilas o chimpancés. Si nuestros antepasados lograron sobrevivir en la tórrida sabana africana fue precisamente porque se adaptaron a correr persistentemente, durante horas o días y con escasas posibilidades de hidratarse, detrás de antílopes y otros animales hasta cazarlos. Incluso esperando a que muriesen de un golpe de calor si era necesario. Así, el primer ser humano capaz de correr un maratón en menos de 2 horas seguramente ya ha nacido, en un país del África Oriental. Sólo allí parecen confluir todos los ingredientes necesarios.

En vez de estar pegados todo el día a la tele, los niños de Kenia hacen ejercicio al aire libre varias horas al día, y algunos corren para ir al colegio y volver a casa. Y todo a más de 2.000 metros de altitud, lo que confiere unas adaptaciones biológicas únicas a los que deciden entrenarse para ganarse la vida como atletas: sobre todo en sus pulmones y en sus músculos, que se hacen capaces de contraerse muy rápido sin consumir mucho oxígeno. Algunas variaciones genéticas que merman la velocidad de carrera y que son frecuentes en asiáticos o caucasianos, como la variante 577X del gen de la alfa-actinina-3, apenas si se ven en África.

Esto les permite a los fondistas africanos aunar dos características casi antagónicas para el resto de los humanos: resistencia al esfuerzo y velocidad. Y es que el ritmo necesario para bajar de 2 horas (más de 21 km/hora), equivale casi a esprintar para una persona normal. Añadamos a esto el bajísimo peso de estos fondistas (sobre todo el peso que más lastra para correr, el de las piernas), que además disminuye, entre un 5 y 10%, en la segunda mitad de la prueba como consecuencia de la deshidratación, y su capacidad de aguantar el calor y de seguir oxigenando a su cerebro en pleno esfuerzo: bajar de 2 horas no parece imposible.

FUENTE: Diario El país de España