Real Madrid con puerta abierta para salida de Casillas y Diego López

El Madrid no pondrá trabas a una salida voluntaria de Íker o Diego

El caso de los porteros mantiene en vilo al Real Madrid ante la lllegada del costarricense Keylor Navas, porque si Iker Casillas decide irse lo dejarán libre para hacerlo y si Diego López toma la opción cobrarían un precio mínimo para su partida, repasa la prensa española.

 Según el diario ABC, Diego López-Íker Casillas. Íker Casillas-Diego López.  Y con Keylor animando. El Madrid no pondrá trabas a que un portero que quiera marcharse, pueda hacerlo. Si ambos veteranos desean seguir, se quedarán, pero si uno quiere irse, se le ayudará. Casillas tendría la carta de libertad. Y López costaría un traspaso mínimo

 

El Real Madrid tiene ciento doce años de experiencia y no se pone nervioso por nada. Sabe bien lo que hace. Ha fichado a Keylor Navas, un guardameta de 27 años, porque vive la madurez de su carrera y el club necesita mirar al futuro. Diego López tiene 32 años. Casillas celebró ya los 33. Ninguno de los dos, objetivos mediáticos durante las dos últimas campañas, será el portero titular a medio plazo. Hay que tener el relevo preparado, curtido con la presión que significa militar en el Madrid. Y el costarricense es un cancerbero con mucho porvenir. Una contratación que acabará con el bipartidismo de la portería. Ahora será cosa de tres. Salvo que uno decida marcharse.

 

Hay otro argumento, extradeportivo, en la ejecución de este fichaje del costarricense, que se suma a los de james y Kroos: la entidad no desea mantener el ambiente de las dos últimas campañas. Y ha colocado un tercer rival en la lucha.

 

Si son tres, no hay problema. La dirección deportiva ha sido franca con Diego López y Casillas: «Los tres parten en igualdad de condiciones, el que se gane el puesto será titular».

 

El club ha ido de cara ante los dos veteranos. Ha hablado con ellos y les ha dicho que, si desean continuar, esta es su casa. «En el Madrid, quien desea quedarse, se queda». Con similar sinceridad, les ha comunicado que si alguno desea dejar el equipo, se le concederán todas las facilidades.Casillas recibiría la carta de libertad si manifestara su deseo de marcharse, con el fin de que elija el equipo que quiera. Sería un trato de privilegio similar al que tuvo Raúl en 2009. Y López tendría un precio de traspaso muy bajo, cercano a los ocho millones, para permitir que fichara igualmente por el club que más le guste. La pelota está en el área pequeña de los dos. Ellos deciden.

 

Uno de los tres no viajaría. El cuerpo técnico no está preocupado por la concurrencia de tres grandes guardametas en la plantilla. Si los tres expresan su anhelo de seguir, los tres pelearán cada semana por jugar. Y uno se quedará sin viajar. Menudo morbo.

 

Diego López es quien ha hablado más claro, con razonamientos de su determinación: «Yo continuaré en el Real Madrid. Me ha costado mucho volver y ser titular. Me tuve que marchar en el año 2007 y ahora que he conseguido jugar en mi casa no voy a tirar por la borda todo este trabajo».

 

Casillas ha expuesto también su deseo de quedarse. Su situación ambiental, no obstante, no es la misma que disfrutaba hace tres años, cuando era titular indiscutible y Mourinho solicitaba la adquisición de un rival interno que le hiciera sudar el puesto. La lesión sufrida el 23 de enero de 2013 provocó esa contratación que el portugués rogaba. Diego López vino del Sevilla y le quitó la silla. Se marchó Mourinho. Y Ancelotti confirmó el rango al lucense. Ahora, la intromisión de Keylor Navas rompe el bipartidismo que la afición generó en ese duelo de guantes. Es lo que deseaba el club. E Íker también debe valorar si acepta esta competencia a tres bandas.

 

Que lo haga público. El madrileño lo ha pasado mal. Su suplencia con Mourinho le hizo perder confianza. Ancelotti le mantuvo en la reserva en Liga, pero le dio el puesto en la Champions y en la Copa. Concesión que no impidió cierta pérdida de ritmo y, por ende, de seguridad, pues no jugaba todas las semanas. Ahora, Keylor acaba con la polémica de Casillas o Diego. Ya no existirá el debate de uno u otro, sino de uno, otro y un tercero. Cambia mucho el ambiente estructural. Ya no será cosa de dos.

 

El Real Madrid comprendería que, en esta nueva realidad, uno de los dos decida marcharse. Solo pide que el interesado lo declare públicamente. Que sea una decisión del afectado.

 

Libertad para pagar su ficha. Si Diego López diera el paso adelante, el Mónaco es el primero que le espera, aunque otros clubes entrarían en la puja en cuánto supieran que el gallego medita buscarse otro porvenir.

 

Si fuera Íker quien protagonizara el paso al frente, se le dejaría firmar por el equipo que eligiera sin solicitar traspaso, para que ese club pueda cubrir su alta ficha anual, ocho millones. Solo se le exigirá por escrito que no firmará por otro equipo español.

 

El capitán tiene la posibilidad de rubricar un contrato fin de carrera en la Liga que desee. Siempre dijo que le gustaría disfrutar del ambiente de la Premier. En sus manos está. La carta de libertad puede hacerle meditar un cambio de situación. Pero debe ser él, un estandarte de la casa, quien diga públicamente: «Me quiero ir».