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Iván Zamorano: "Los grandes goleadores ya no son centrodelanteros"

El ex goleador y cabeceador chileno Iván Zamorano considera que el patrimonio del gol ya no pertenece a los centrodelanteros como una década atrás, pues ahora otro tipo de jugador ofensivo y menos de área como Lionel Messi y Cristiano Ronaldo son grandes anotadores y hasta llega a decir que los clásicos como él están en extinción.

Las apreciaciones del chileno que marcó 350 goles oficiales en su carrera, dio las manifestaciones al diario El Tiempo de Colombia, pero lo cierto que la paternidad del gol se ha ampliado, porque hay 9 al estilo de antes que prevalecen como el uruguayo Luis Suárez, el polaco Robert Lewandowski, el brasileño Jonás del Benfica, el argentino Gonzalo Higuaín y el sueco Slatan Ibrahimovic, entre otros.

Aquí la entrevista completa del Diario el Tiempo a Zamorano:

Iván Zamorano era de esos futbolistas que habitaban en el área. Allí, en un territorio que hizo suyo, con el ‘9’ impreso en su espalda, con su cabellera abundante y alborotada, se ganó el prestigio de ser un voraz goleador. Balón que le llegaba a sus pies, o a su prodigiosa cabeza, iba directo al arco, casi siempre con calculado acierto. Con una potencia incontenible. Fue un delantero temible, de los de antes, de los que él considera, con algo de nostalgia, que ya no existen.

Su apellido, Zamorano, es sinónimo de goles. Los hizo por cantidades con el Real Madrid –fue máximo goleador en España en la temporada 94-95, con 28 tantos–, con el Inter de Italia, con América de México, con la selección chilena, de la cual es considerado uno de los mejores jugadores de la historia. Pero su pasado, mucho antes de ser conocido como el ‘Bam-Bam’, fue de mucho sacrificio, de perseverancia y de sueños. Creció, se formó y debutó en un club pequeño, en el Cobresal de Chile, el mismo equipo que hoy está en Bogotá para enfrentar a Santa Fe en la Copa Libertadores, y del cual es considerado uno de sus máximos ídolos.

A sus 49 años de edad, Zamorano, aunque parece que añora el fútbol del pasado, el que le tocó a él, es un conversador muy analítico del fútbol moderno. Y le gusta. Por eso atendió sin reparos, desde Chile, la llamada de EL TIEMPO, no solo para hablar de sus recuerdos, de sus inicios y de su paso por el Real Madrid. También habló de la Copa Libertadores, y analizó el momento que viven los colombianos James Rodríguez y Falcao García en Europa. Zamorano, fuera de las canchas, sigue siendo un goleador, de los de antes.

Iván, hoy ya retirado del fútbol activo, y si mira hacia atrás, ¿piensa qué le faltó algo por cumplir en su carrera?

… No, nada. Estoy muy feliz con la carrera que hice. Fueron 20 años maravillosos. Cuando miro hacia atrás me siento muy orgulloso de haber jugado en los mejores equipos del mundo y de haber entrenado al máximo siempre, con mi esfuerzo y mi perseverancia. Yo fui un tipo que viví el fútbol con mucha entrega y con mucha lucha.

Quizá no todo mundo sabe que usted se formó en un club pequeño, en Cobresal de Chile, que justo es rival de Santa Fe en la Copa Libertadores. ¿Cómo fueron esos inicios de su carrera? ¿Qué recuerda?

Sí. Empecé en Cobresal, que representa para mí lo más importante que, de alguna manera, tiene un futbolista, que son sus comienzos. Ese club me dio la oportunidad de jugar al fútbol profesional y por eso es como mi segunda casa, me dio la posibilidad de poder consagrarme para después tener la oportunidad de ir al extranjero –primero jugó en Suiza, luego pasó al Sevilla antes de llegar al Real Madrid, en España–. Tengo los recuerdos más maravillosos de mis comienzos. Quizá también porque fue muy difícil empezar. Allí, en Salvador (donde Santa Fe jugó el pasado miércoles), que es un campamento minero, lo único que hacíamos en ese entonces era entrenar, comer y dormir; entrenar, comer y dormir. Era la primera vez que yo salía de mi casa. Fue difícil, pero maravilloso. Lo pude asumir con responsabilidad, con fuerza. Cobresal me dio a conocer en el fútbol. Allí gané un título de Copa Chile, y si no estuve en esa Copa Libertadores, en la que enfrentamos a equipos colombianos como el América y Cali (1986), fue por mi juventud, pero viví esa copa con intensidad. Cobresal fue el comienzo perfecto.

¿Imaginó en sus comienzos que de ese equipo chico iba a dar el salto e iba a llegar a hacer todo lo que hizo en el fútbol, como consagrarse en la selección de su país?

Siempre intenté entregar lo mejor de mí. Yo confiaba en mis posibilidades, en mi actitud futbolística. Confiaba en la perseverancia que tenía que tener para poder llegar. Soñaba con jugar en grandes equipos. Soñaba con ser un jugador destacado, no solo en mi país, Chile. Desde los 17 años ya quería jugar en el extranjero. Desde el primer instante supe que tenía que trabajar muy fuerte, al máximo, para desarrollarme como futbolista y cumplir mis sueños.

¿Quién se parece hoy a lo que usted llegó a ser como futbolista?

… –Zamorano tarda unos segundos en responder, piensa, aunque su respuesta es contundente– No. Nadie. Ya los centrodelanteros están en extinción. Los grandes goleadores ya no son centrodelanteros. Cristiano Ronaldo no lo es, Lionel Messi no lo es, Ibrahimovic no lo es... Los grandes de su momento eran Gabriel Batistuta, Hernán Crespo, Marcelo Salas, Iván René Valenciano. Hoy en día hay muy pocos así que uno pueda ver que puedan marcar diferencias. Hoy el jugador está adaptado al fútbol moderno.

En ese fútbol moderno del que usted se distancia un poco, está inmerso hoy James Rodríguez, quien es quizá el mejor futbolista colombiano del momento, pero que soporta muchas críticas en el Real Madrid. Usted que jugó allí y triunfó allí. ¿Cómo analiza lo que le pasa al colombiano?

Es un paso como ocurre en los equipos más importantes del mundo, es decir, que no es fácil. James desde el principio se metió en el corazón de los madridistas por su manera de ser y por su fútbol. Por ahí las lesiones le han quitado continuidad. El tema físico también le ha costado un poco, pero sin duda James es importante para el Real Madrid, es importante para las pretensiones del equipo de conseguir títulos, porque marca diferencia. Y es importante para la Selección Colombia. Esperemos que esté al ciento por ciento siempre.

Usted también vivió momentos difíciles en el Real Madrid antes de consagrarse... ¿Cuál fue el momento más adverso que le tocó?

Yo estuve dos meses sin hacer gol y eso para un goleador es muy difícil. Por eso siempre digo que uno tiene que tener la capacidad de dar lo mejor, que las cosas se tienen que dar de forma natural. Si uno se obsesiona, de repente no funciona. Hay que entregarse al máximo, que las cosas van a salir bien. Van a mejorar.

¿Jugar en el Real Madrid genera mucha presión?

Sí, la hay, porque salir segundo en Real Madrid es un fracaso. Es un gran desafío y genera mucha responsabilidad. Uno llegando al Madrid se da cuenta de la importancia de jugar allí. Hay que trabajar siempre a full, dar el máximo siempre, contribuir mucho para mantenerse.

¿Cómo sobrevivir en un entorno tan exigente?

Ellos son jugadores que de alguna manera están preparados para la presión. En el Real Madrid no se llega por casualidad, se llega por méritos suficientes para estar allí. El jugador está preparado no solo para rendir sino para la presión externa, el estrés. Ellos están adaptados a eso.