Villarreal: compra barato y vende caro

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Publicado: Jueves, 09 Junio 2016 09:57

Escrito por Redacción

El club Villareal de España, que preside Fernando Roig, es uno de los más destacados ejemplos de buena gestión financiero-deportiva en el mundo. 

El Villarreal, fundado en 1923, disputará en la próxima temporada su décimo séptima campaña en primera división y disputará la fase previa de la Champions League con el objetivo de acceder a la fase de grupos de la máxima competición continental.

Una presencia en primera división que no se produjo hasta la temporada 98-99 y que, a excepción de dos campañas en segunda, se ha mantenido con más luces que sombras en la máxima categoría. Ya no solo del fútbol español, sino con brillantes incursiones en las competiciones europeas.

Para entender semejante trayectoria del club estandarte de la ciudad de Vila-Real, una población de poco más de 50 mil habitantes, hay que destacar su política de club. Y no solo por sus aciertos deportivos, sino también por su capacidad de generar recursos económicos en un entorno tan limitado. Algo que ha conseguido en la sinergia entre la dirección deportiva y la gestión administrativa.

Comprar barato y vender caro seria el 'alter ego' del pensamiento amarillo, más allá de conformar plantillas capaces de mantener el nivel entre los grandes. Y el éxito es rotundo.

El último ejemplo es la venta de Eric Bailly al Manchester United por 40 millones de euros (35+5 en variables), lo que supone un récord absoluto en cuanto a traspasos del submarino se refiere. Un golazo de despachos por la capacidad de multiplicar casi por ocho el coste de un jugador fichado al Espanyol hace año y medio por 5,5 millones de euros.

Bailly, actualmente, después de disputar 47 partidos con el Villarreal tiene un valor de mercado de 8 millones de euros según las agencias de valoración. El Villarreal, aprovechando la soberbia del Manchester United -anunciando a bombo y platillo que dispondría de 300 millones para fichar- y el ansia de su megalómano entrenador, José Mourinho, ha sabido sacar partido de la situación y se la ha metido al United por... toda la escuadra. Una interpretación tan evidente como que los groguets habían exigido semanas atrás 25 millones al Barcelona por el mismo jugador, lo que de por sí habla de la habilidad de los negociadores castellonenses.

Pero el caso Bailly no es más que la culminación a muchos años de idéntico buen trabajo. La lista es muy larga pero resumiremos las operaciones más rentables desde el asalto a la primera división del Villarreal.

Al internacional español Santi Cazorla lo compraron por 1,2 millones de euros al Recreativo y lo vendieron por 23 millones al Málaga. Marco Ruben costó 4,8 millones (River Plate) y fue vendido por 8, más variables que lo hicieron llegar a 10, al Dinamo de Kiev.

Diego Godín llegó a Villarreal procedente del Nacional de Montevideo por 800 mil euros y fue vendido al Atlético por diez veces más, 8 millones. Ayala llegó con la carta de libertad del Valencia y 16 días después, sin haber vestido la camiseta amarilla, fue traspasado al Zaragoza por el precio de su cláusula de rescisión, 6 millones de euros.

El defensa uruguayo Martín Cáceres firmó procedente del Defensor Sporting por 900 mil euros y el Barcelona pagó 16,5 millones por su compra.

Diego Forlán fue adquirido al Manchester United por 3 millones de euros y tras conquistar la Bota de Oro como groguet fue traspasado al Atlético de Madrid por 23 millones.

Luciano Vietto también acabaría en los colchoneros, previo pago de 20 millones. Al Villarreal le costó 5,5 millones que fueron a las arcas del Racing argentino. Y antes que Bailly, otro central fue el penúltimo gran negocio del submarino. El brasileño Gabriel Paulista, fichado al Vitoria brasileño por 3,3 millones de euros, fue traspasado al Arsenal por 15 millones apenas año y medio después de llegar a Vila-Real.

Una gestión modélica que ha permitido al Villarreal no solo equilibrar sus cuentas, sino que los groguets año tras año pudieran reforzarse con jugadores de categoría que han mantenido su nivel competitivo, junto al gran trabajo que se ha hecho en la cantera del club, y le han valido el aplauso de propios y extraños por su incontestable éxito. Un ejemplo a seguir.

Fuente: Diario Sport