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Buena trabajo de Amador como peón en tercera etapa de la Vuelta al País Vasco

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Este miércoles el esloveno, Tadej Pogačar, se estrenó con victoria en la tercera etapa de la Vuelta al País Vasco. Andrey Amador, costarricense del equipo Ineos, cumplió con su función de gregario apoyando a Adam Yates. 

Al final Amador, tras un gran esfuerzo, ingresó en la casilla 156 a 13 minutos 36 segundos de Pogačar. En la general el tico es 159. 

Adam Yates (Ineos) es cuarto en la general a 39 seg. 

Pogačar se mantuvo por delante de su compatriota, y líder, Primož Roglič en un duelo directo dominando la ascensión y jugándose el triunfo en otro mano a mano. 

El pelotón recorrió 167,7 kilómetros desde Amurrio hasta Llodio, fijando la meta en Ermualde en el Santuario de Santa María del Yermo. La subida hacia ella es de 3,1 kilómetros, estrecha y muy empinada con tramos que llegaban hasta el 20% de desnivel. En el primer kilómetro la pendiente es del 10,6 por ciento, en el segundo incluso del 15,8 por ciento y después se reduce al 7,2% hasta el final.

En la primera subida, a Altube, se formó una escapada de seis hombres. Mikkel Honoré (Decenunick-Quick Step), Larry Warbasse (Ag2r Citröen), Felix Gall (DSM), Oier Lazkano (Caja Rural-Seguros RGA), Dani Navarro (Burgos BH), Roger Adrià (Kern Pharma) y Gotzon Martín (Euskaltel Euskadi) trabajaron juntos y se abrieron un hueco. De estos siete, Honoré era el mejor clasificado. Después de dos etapas, el danés era el 26º a 1:25 minutos del líder Roglič. Los corredores de la escapada llegaron a acumular un máximo de siete minutos, mientras que los compañeros de Roglič marcaban el ritmo. Contaron con la ayuda de Israel Start-Up Nation, que tenía planes para Michael Woods en un final hecho a medida para el canadiense.

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La ventaja del grupo de cabeza comenzó a disminuir en la segunda mitad de la carrera. De camino a la difícil zona de colinas, en los últimos kilómetros. A falta de 27 km, Lazkano se separó del grupo de cabeza y un poco más tarde Honoré también dejó atrás a sus compañeros de fuga. Sin embargo, el pelotón no tardó en alcanzar a los atacantes y en la subida del Malkuartu, a 12 kilómetros de la meta, todos los fugados fueron alcanzados.

Israel Start-Up Nation, al servicio de Woods, marcó el ritmo en la subida con picos de hasta el 14% y Richard Carapaz (Ineos Grenadiers), Jakob Fuglsang e Ion Izagirre (ambos Astana PremierTech) también pasaron a la ofensiva. Pero no fructificaron y la batalla por la victoria de etapa se decidiría en la última subida. Ni Woods ni Wilco Kelderman estarían en ella. En la zona que daba acceso a Ermualde, durante el paso por un cruce estrecho y curvo en Llodio, ambos sufrieron una desafortunada caída y sus posibilidades se esfumaron. Justo antes de la subida, Sergio Higuita, Magnus Cort (ambos EF-Nippo) y Carapaz consiguieron una pequeña ventaja y Ben O’Connor (Israel) se unió a ellos.

En los primeros metros de la subida Cort trabajó hasta el agotamiento, mientras por detrás el joven lobezno Mauri Vansevenant (Deceuninck-Quick Step) intentaba conectar con los en punta. Pero todavía en los primeros 500 metros, UAE neutralizó el ataque a ritmo y persiguiendo un único objetivo: la mejor posición para el posterior movimiento de su líder Pogačar. Cuando la pendiente subió a más del catorce por ciento, éste no se lo pensó. Carapaz y Roglič estuvieron atentos y reaccionaron. Carapaz, entonces, subió la apuesto y contraatacó. Liberado de cualquier opción de poder ser una amenaza para los dos jefes de la carrera, el ecuatoriano disfruto de un km de tregua en la batalla que se cocía por detrás.

Acelerones y parones, en definitiva, un marcaje entre Roglič y Pogačar que sin embargo no tuvo reacción del resto de opositores. Lo intentarían Adam Yates, Mikel Landa o, de nuevo, Vansevenant pero la dupla eslovena no dio cuartel en cuanto la carrera superaba los porcentajes más exigentes. El maillot amarillo atacó a 500 metros de la meta y Pogačar lo acompañó. Cuando la carretera se allanó para afrontar el sprint fue el ganador del Tour de Francia quien tomó la decisión de situarse al frente en el curveo final dándole una ventaja suficiente para proclamarse ganador de la etapa. Gracias a las bonificaciones, Pogačar ascendió al segundo puesto de la clasificación general, a veinte segundos de Roglič, que mantiene su liderato a falta de 3 etapas.