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¿Por qué el coronavirus afecta más a los hombres que a las mujeres?

LA RESPUESTA PODRÍA ESTAR EN LAS HORMONAS
LAS HORMONAS FEMENINAS TIENEN FUNCIONES ANTIINFLAMATORIAS
FACILITAN LA REPARACIÓN DE CÉLULAS RESPIRATORIAS

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Desde el inicio de la pandemia hay un hecho que ha llamado la atención de los investigadores, y es que el SARS-CoV-2 provoca cuadros más graves y, por tanto, más muertes en hombres que en mujeres. La tasa de mortalidad entre los hombres duplica la de las mujeres.

Desde hace meses ya se apuntaba, como publicó a finales de agosto la revista Nature, a una distinta respuesta inmune dependiendo del sexo que en el caso de las mujeres sería más robusta. Ahora, según un artículo publicado en Trends in Endocrinology and Metabolism y firmado por profesor asociado de investigación en psiquiatría, Graziano Pinna, los últimos estudios apuntan a que esta distinta respuesta inmune podría estar condicionada por la hormonas sexuales, concretamente los estrógenos, la progesterona y su metabolito fisiológicamente activo, la alopregnanolona.

Estrógenos, progesterona y alopregnanolona

Además de jugar un papel imprescindible en la reproducción, la progesterona y el estradiol desempeñan importantes funciones en el sistema inmunitario. La progesterona induce efectos antiinflamatorios por varias vías. Por un lado, según asegura Graziano Pinna en su artículo, estimula la activación de las células inmunitarias T, puede modular la señalización de su receptor de células T y suprimir la citotoxicidad celular. Además, como ya se ha observado en infecciones provocadas por otros virus, como la gripe A, puede estimular la proliferación de células epiteliales y promover la reparación del tejido respiratorio dañado.

Además de los efectos cardioprotectores de los estrógenos, también son un fuerte modelador inmunitario. Esto porque regulan las respuestas de las células inmunitarias y promueven efectos antiinflamatorios gracias a su capacidad de modular la secreción de citocinas y ayudan a evitar que la respuesta inmune sea exagerada. Altas concentraciones de esta hormona disminuyen la expresión de ACE2 en los pulmones, el receptor que utiliza el coronavirus SARS-CoV-2 para infectar el organismo.

Por otra parte, el estradiol estimula concentraciones más altas de anticuerpos y ayudan a combatir más eficazmente la infección. A los estrógenos y la progesterona tenemos que añadir los efectos de la alopregnanolona, el metabolito fisiológicamente activo de la progesterona.

Esta sustancia es capaz de inhibir la respuesta proinflamatoria de TLR4, una proteína que tiene un papel fundamental en la gravedad de la enfermedad provocada por el coronavirus, pues la COVID-19 se caracteriza por señales excesivas de TLR4 en los pulmones. La alopregnanolona ayudaría, por tanto, a evitar una respuesta inflamatoria excesiva provocada por la tan temida "tormenta de citocinas".

Menos hormonas con la edad, y más con el embarazo

Según concluye Graziano Pinna en su estudio, las funciones desempeñadas por las distintas hormonas explicarían por qué el coronavirus es más peligroso y mortal en los hombres, pero también añade otro factor asociado a la edad, pues los estrógenos y la progesterona disminuyen al cumplir años, especialmente tras la menopausia. 

Además, la presencia de estas hormonas explicaría porque las mujeres embarazadas infectadas por coronavirus tienen una protección especial. La probabilidad de morir a causa de la COVID-19 es 15 veces menor en mujeres embarazadas que en el resto de las mujeres. Como señala Pinna, “los estudios observacionales han señalado que algunas mujeres embarazadas con SARS-CoV-2 positivo con síntomas leves o ausencia de COVID-19 al ingresar al servicio obstétrico aumentaron la gravedad de los síntomas inmediatamente después del parto en coincidencia con la drástica disminución hormonal después del parto”.

Teniendo en cuentas estos datos, Graziano Pinna invita a que se hagan nuevas investigaciones y ensayos clínicos que pudieran dar lugar a nuevos tratamientos. También apunta a la alimentación como factor preventivo, dietas “enriquecidas con fitoestrógenos (soya, lentejas, avena) con la capacidad de unirse directamente a los receptores de estrógeno humanos”.

 

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