Buscar en Google:

Celso habla de su salida del Deportivo La Coruña y regreso a Costa Rica para jugar en Alajuelense

''El fútbol tico viene en crecimiento'' 

Imagen

Celso Borges es nuevo jugador de Alajuelense

Luego de muchas temporadas jugando en Europa, Celso Borges se alista para volver a Costa Rica. El volante de 33 de años de edad vestirá la camiseta de la Liga Deportiva Alajuelense. 

Celso brindó una entrevista al medio La Voz de Galicia hablando sobre su salida del Deportivo la Coruña y el regreso al balompié tico. 

''Vuelvo porque es mi país, porque el fútbol de allá viene en crecimiento, y porque han ido pasando los años y he estado lejos de los míos y noto que el tiempo no lo voy a recuperar. Parte de la vida también consiste en pasarla con quienes lo merecen, con quienes han estado siempre ahí. Vuelvo a casa'', comentó Borges. 

Aquí la entrevista completa 

—En realidad fue el martes cuando empezó a decir adiós. Aquella forma de estirar el entrenamiento en solitario ya daba pistas de que se acababa...

—Supongo. Hubo un ejercicio en el que Borja no me incluyó y me puse a correr al margen. Ahí me avisaron de que el acuerdo estaba listo y supe que ya no me iba a entrenar más con el Dépor, así que quise estirarlo un poco. Quise llevarme el último vídeo mental de Abegondo. Las últimas fotos para mí. Por eso me quedé rematando un rato más. Exprimiendo hasta el final. Fue un acto más nostálgico que otra cosa. Ya sabía que me iba, el campo estaba vacío, la pelota sonaba mucho... Los últimos tiros. La despedida.

—Las ganas que tuvo de volver y las pocas que tenía de irse.

—Fútbol. Estaba en un lugar al que le tengo un cariño terrible y me tengo que ir. Pero me voy con cariño, también. El de los compañeros, del nuevo cuerpo técnico, del personal del club... Y claro, de la gente. Mucha gente que me ha parado para despedirme. Yo creo que eso es bonito y que es lo que tiene que quedar. Puedo decir que he sido honesto y lo he entregado todo. Me voy tranquilo.

—Pero el golpe es grande. Volvió para hacer su vida en A Coruña.

—Mi vida era nómada y había encontrado un lugar en el que me sentía bien recibido, feliz. Me había hecho a la idea y toca volver a esa raíz nómada, a seguir buscando. Supongo que si las cosas no se dieron es porque no tenían que darse. Yo me voy sintiéndose afortunado de haber pasado por aquí. He coincidido con gente increíble en la ciudad y en el club, me llevo gente para toda la vida.

—Lleva semanas sabiendo que tendría que salir. ¿Cómo ha sido el proceso?

—Lo más duro ha sido la incertidumbre. Intentas que tu cabeza esté tranquila pese a lo que ves que está sucediendo, pero uno es humano. Decidí concentrarme en trabajar, en entrenar, que no hubiera queja. Responder a los valores que me habían inculcado mis padres. Ya había dejado claro que quería quedarme, no había más que pudiera hacer.

Imagen

—Pero llegó con la condición de referente, firmó un contrato largo sin ninguna cláusula por categoría y un año después lo echan. ¿Hay manera de entenderlo?

—Para qué vamos a ahondar en eso. De qué me sirve. He logrado asumir lo que ha sucedido. Claro que me sorprendió, pero se acabó y así es la vida. Las dos partes sabemos cómo fue el proceso y el rencor solo trae cosas malas. Encontramos la solución a la que se pudo llegar. No voy a salir de aquí disparando a nadie, he sido feliz y agradezco lo vivido. Soy así.

—Son varias temporadas de relación que acaban de una manera poco elegante.

—La experiencia, la de las dos épocas, me la llevo conmigo en el corazón. Estaba fuera de casa y me sentí en casa. Lo que ha ocurrido ahora no puede manchar eso. Aquí me llevo mi relación con los compañeros, los técnicos, los utilleros, la gente de la lavandería... Del primero al último con quien he coincidido. Me he sentido acompañado en todo momento y creo que es un síntoma de que algo he hecho bien, de que me he entregado en caída libre. Y me han correspondido. He tenido suerte, de verdad.

—¿Cuánto cuesta levantarse por la mañana para ir a entrenarse sabiendo que nunca va a jugar, que no hay opción, ni dorsal siquiera?

—Es que a mí me gusta mi profesión. Me gusta lo que hago y entrenar es parte de ella. Pero claro, ahí toda la virtud es de mis compañeros en el vestuario. Yo no iba a poder competir y ellos nunca, ni un momento, me hicieron sentir fuera. Luego entendía perfectamente que Borja me sacara de algunas tareas porque al final no me iba a poder emplear en competición, pero el trato fue más que correcto. Ser profesional a las buenas es sencillo, pero en toda profesión hay que estar preparado para las malas y seguir con el pico y la pala. El fútbol es un día sí y otro no, hay que demostrarle el amor, el sacrificio y la lucha que me enseñaron en casa.

—Comentaba Miku, que lo conoce bien, lo duro que se le hizo el final de la pasada temporada.

—Fue muy duro. Muy duro. Pero también te digo, en la carrera de cualquiera hay muchos golpes y uno va aprendiendo a encajarlos, para quien peor resultan es para quienes lo acompañan en la travesía. Para la familia. Toca decirle: «cambia el plan de vida, que ahora es otro». Y luego escuchas cosas, y... Somos seres humanos y hay cosas que uno sufre. Pero nada ganamos quedándonos con eso.

—Cosas que seguirá escuchando ahora que se va. ¿Cómo las lleva?

—La clave está en el momento en el que uno entiende que eso va a suceder. Lo viví desde pequeño, cuando mi papá empezó a entrenar. Todo el mundo tenía una opinión y sabía lo que le convenía al equipo, todo el mundo cree que este o aquel jugador puede dar más... Lo importante es lograr dormir sabiendo que has hecho las cosas como debías y que la gente se va a posicionar y eso no puede afectarte. El fútbol admite opiniones de lo más diverso y eso lo hace más bonito.

—¿Qué pasó? A nivel colectivo y particular.

—Apuntar a algo específico sería difícil. Se ha dado un cúmulo de situaciones. Hablamos de un año difícil a nivel global, en el que jugar en casa no dio ventaja, en un torneo corto y en el que cada uno que llegó arrastraba una situación particular, faltaba conocimiento de la categoría... Era una temporada con un margen tan pequeño y parecía que el tiempo se había acabado casi antes de empezar... Creo que la exigencia por el ya condicionaba a dar el máximo rendimiento de inmediato, cuando lo normal en una temporada es que haya varios picos. Eso condicionó al equipo. Y bueno, ya dije en mi primer día que nadie esperara que me fuera a ir por velocidad en uno contra uno, sé muy bien qué puedo aportar y mi rendimiento está muy vinculado al nivel colectivo, mi función es más de contribuir. 

—¿Descarta volver?

—Cómo voy a descartar eso, hombre. No sé en qué etapa será, pero la idea siempre estará ahí.

«Este año va a terminar celebrándose en Cuatro Caminos»

Borges aclara que ha optado por el retorno a Costa Rica «porque es mi país, porque el fútbol de allá viene en crecimiento, y porque han ido pasando los años y he estado lejos de los míos y noto que el tiempo no lo voy a recuperar. Parte de la vida también consiste en pasarla con quienes lo merecen, con quienes han estado siempre ahí. Vuelvo a casa».

—¿Qué Deportivo deja?

—¿Sabes qué pasa? Que me voy sabiendo que van a conseguir lo que quieren. Que he estado entrenando con ellos y he visto su enorme voluntad de trabajo, cómo anteponen el colectivo al interés individual. La calidad se asume, porque son muy buenos jugadores, pero tienen ese plus. Este año va a terminar celebrándose en Cuatro Caminos.

—De momento la temporada ha traído el salto de varios canteranos al primer equipo. ¿Cómo los ve?

—Los chavalitos tienen una actitud fenomenal. Los ves que escuchan, que trabajan. Los ves en el gimnasio intentando mejorar... Les ves los ojos con brillo. Se van a topar en su carrera con gente igual o más talentosa que ellos, porque eso pasa, pero tienen la mentalidad correcta y les va a dar el plus y la ventaja deportiva sobre los demás. Están bien educados, son humildes, vienen con mentalidad de trabajo y de saber su lugar. Es gente que quiere, y a la gente así le va bien en esto.

—¿Y a Borja?

—Borja me parece un tipo con las ideas claras. Y muy exigente. Me ha llamado mucho la atención la manera en que el equipo asume cada victoria, no engorda con el dulce sino que quiere más, quiere la siguiente. Para un equipo como el Deportivo eso es súper importante.

MÁS INFORMACIÓN

Imagen

Fuente: La Voz de Galicia