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Recuento de lo que ha sido el Mundial Sub-20 y cómo se jugarán los octavos de final

El domingo culminó la primera etapa del Mundial Sub-20 que se disputa en Argentina. 

De la Concacaf solo sigue con vida Estados Unidos. Guatemala, Honduras y República Dominicana quedaron eliminados. 

Un torneo cuyo desarrollo iba a estar bajo mirada atenta desde el principio, en gran parte por el modo en que fue concebido: la organización iba a estar a cargo de Indonesia hasta que la FIFA le retiró el derecho por no querer recibir a Israel, y la AFA debió buscar sedes disponibles y acondicionarlas en cuestión de pocos meses para llegar a la fecha de inauguración, el 20 de mayo. Los equipos participantes también debieron enfrentarse a otro factor limitante debido a las fechas en que se juega la competición, que implican que los clubes se mostraron reacios a permitir que sus jugadores participaran.

Ambas situaciones no manifestaban grandes augurios para esta Copa del Mundo, pero estos primeros 36 partidos dejaron un saldo netamente positivo en varios aspectos.

Principalmente, en la asistencia a los estadios. La selección local fue sin duda la gran beneficiaria, con más de 37 mil espectadores en dos ocasiones en Santiago del Estero y otros 27 mil en San Juan que aportaron bombos, trompetas, apoyo y color a las tribunas, pero los demás países no se quedaron atrás. Para muchos de ellos, como Guatemala, Gambia, Irak e Israel, la participación en una cita ecuménica representó una oportunidad imperdible, y sumado al interés argentino en descubrir nuevos jugadores y el envión del Mundial ganado por la mayor en Qatar, el promedio de público en los estadios representó un importante aumento en relación a torneos previos.

 

En cuanto a lo futbolístico, se han visto partidos de muy alta producción goleadora. 105 tantos se han convertido a lo largo de la etapa de grupos, a razón de 2,92 por encuentro, una cifra que supera ampliamente el promedio del último Mundial masculino (2,5), donde se hicieron más goles en total que en ningún otro, pero sí son menos que en esta misma instancia del Mundial Sub 20 de 2019 (114, más de 3 por choque).

Los números se explican por lo visto mayormente en el campo de juego, equipos de mucho poderío ofensivo y movimientos desequilibrantes, en contraste con defensas muy endebles y arqueros que aún necesitan más desarrollo. Un vistazo a la experiencia de muchos de estos jugadores en el fútbol profesional confirma estas nociones: los clubes tienden a dar más oportunidades a jugadores de ataque de 20 años o menos.

La selección argentina se ajusta a rajatabla a esta descripción. Ya venía arrastrando numerosas falencias defensivas de su pobre campaña en el Sudamericano, que originalmente no le habría permitido jugar la Copa del Mundo, y quedaron expuestas en el debut ante Uzbekistán. Pero con el paso de los partidos se fue asentando en ataque, gracias a la mejor base de futbolistas que pudo reclutar para este torneo, y corrigió los problemas de salida desde el fondo que acarreaba para finalizar su grupo en el primer puesto y en una posición sumamente cómoda de cara a la etapa eliminatoria. ¿Es candidato el equipo de Javier Mascherano? Las pruebas más determinantes llegarán a partir de ahora.

Frente a un panorama de fútbol tan predominantemente ofensivo, todo parece indicar que los equipos que más aspiraciones tendrán a conseguir el título son los que puedan mantener la posesión lo más lejos posible de su área, o bien los que consigan algo de estabilidad defensiva en un torneo donde encontrarla es un lujo. Quien puede jactarse de haber realizado un trabajo sumamente sólido en esta etapa inicial ha sido Estados Unidos, el único país al que aún no le han hecho goles en lo que va del certamen, que además apenas recibió seis tiros entre los tres palos en sus primeros tres partidos. En el otro extremo del espectro están Guatemala, Irak y Fiji, que no alcanzaron a convertir; los oceánicos incluso vieron ¡16! goles en su arco.

Los demás candidatos al título han estado, en la mayoría de los casos, a la altura de las expectativas. Catalogada de inmediato como “grupo de la muerte” una vez que se sorteó, la zona D fue tan pareja como se predijo: Brasil, Italia y Nigeria, todos equipos que han demostrado credenciales para pelear hasta el final, se sacaron resultados entre sí y finalizaron igualados en seis puntos, separados solo por la diferencia de gol. Los sudamericanos Ecuador, Colombia y Uruguay también mostraron un nivel muy sólido, culminando en la asistencia perfecta de la Conmebol en la siguiente instancia, mientras que Inglaterra es la otra potencia europea que se posiciona como una de las favoritas. La gran decepción sin dudas ha sido Francia, que fue severamente afectada por las negativas de los clubes a ceder a sus estrellas, pero de la que de todos modos se esperaba que superara un grupo compuesto por Gambia, Corea del Sur y Honduras; sumó solo una victoria en la última fecha y finalizó tercera, eliminada por diferencia de gol.

Esta Copa del Mundo tampoco estuvo exenta de episodios polémicos y hasta sumamente reprochables. El torneo comenzó con la noticia de un comportamiento repudiable de varios jugadores del plantel iraquí en La Plata, que van desde quejas por deambular semidesnudos por los pasillos del hotel donde se alojan hasta una denuncia de abuso sexual a una empleada. Y otra imagen triste se vio en el estadio Único en el partido entre Uruguay e Inglaterra, donde se cruzó la línea entre el folclore y el odio desmedido cuando el británico Darko Gyabi convirtió en tiempo de descuento, fue a festejar frente a la hinchada rioplatense y le llovieron vasos, botellas y otros objetos contundentes, luego de interminables coros de “el que no salta es un inglés” a lo largo del encuentro.

Pero así como estos sucesos han mostrado la peor cara de lo que puede ocurrir en un Mundial, tampoco faltaron historias más positivas. Sin dudas la que más cautivó al público fue la de Israel, que está participando de su primera cita ecuménica en cualquier categoría desde haber entrado en México 1970 por las eliminatorias asiáticas. Fue su caso el que desencadenó la serie de hechos que llevaron a que Argentina sea el país organizador, lugar donde recibieron un fuerte apoyo de la gran colectividad judía local. Y por si fuera poco, la alegría del plantel y cuerpo técnico por la acogida se extendió a las canchas, donde, de forma sorprendente, lograron el pase a los octavos de final por primera vez en su historia al protagonizar una remontada épica en tiempo de descuento contra Japón.

Toda esta actividad se resumió en apenas ocho días, con cuatro partidos por jornada en las canchas de Mendoza, San Juan (de césped en muy buen estado durante la mayoría de los encuentros), Santiago del Estero y La Plata (de calidad mucho peor, algo que afectó el nivel de los cotejos). Quedan aún 16 duelos por jugarse, distribuidos a lo largo de dos semanas. El balance de los primeros 36 en términos de nivel de juego, sorpresas, historias y asistencia ha sido superavitario, pero la competencia aún tiene mucho más para dar en las instancias finales. 

Así se jugarán los octavos de final (Horas de Costa Rica) 

Martes 30 de mayo

Estados Unidos vs Nueva Zelanda  11:30 am - (Mendoza)

Uzbekistán vs Israel 3 pm - (Mendoza)

Miércoles 31 de mayo

Colombia vs Eslovaquia 11:30 am - (San Juan)

Brasil vs Túnez 11:30 am (La Plata)

Argentina vs Nigeria 3 pm - (San Juan)

Inglaterra vs Italia 3 pm - (La Plata)

Jueves 1 de junio

Gambia vs Uruguay 11:30 am - (Santiago del Estero)

Ecuador vs Corea del Sur 3 pm - (Santiago del Estero)

Fuente: Diario La Nación Argentina