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Luis Enrique no se deja llevar por grandes figuras en España y le da prioridad a jugadores que se adapten a su estilo

Para Luis Enrique, entrenador de España, la selección no es una recompensa. Es un equipo. Y no es un tema de clubes, se trata de su país, y todo queda bajo su liderazgo. 

“Veo las ruedas de prensa en las que intervienen otros seleccionadores y siento empatía hacia ellos, porque veo que les ocurren las mismas cosas que a mí: siempre se les pregunta por jugadores que no fueron convocados”, expresó el estratega, quien debutara en el Mundial de Qatar 2022 enfrentando a Costa Rica. 

“Es muy difícil complacerlos a todos. Eso lo entiendo. Es normal que los hinchas de cierto equipo digan: ‘oye, deberían convocar a este chico’. Me pasaba lo mismo cuando era joven: me molestaba cuando no convocaban a [los jugadores del Sporting de Gijón] Eloy y Ablanedo. ‘Hombre, venga, ¿cómo no puedes convocarlos cuando son los mejores?’”.

  

¿Pues, cómo? Porque quizás no sean cónsonos con el equipo. Y esa es la razón por la cual, a pesar de que quizás las decisiones de Luis Enrique no tengan sentido a criterio de algunos (y ha habido muchas decisiones aparentemente inverosímiles, muchas que podrían ser cuestionadas), para el sí lo tienen, siendo el hombre con mayor interés que nadie en que a la selección le vaya bien, el hombre con el análisis en la mano, el hombre que aporta el marco al que todo debe adaptarse.

Existe un elemento futbolístico, y también un elemento grupal, una cuestión de autoridad: por ejemplo, es importante que Luis Enrique haya creído que Sergio Ramos no fue del todo sincero con respecto a su condición física, cuando fuera convocado a su selección por última vez. Si bien uno nunca podrá saber del todo lo ocurrido con los omitidos, podemos juzgar lo sucedido con los que sí recibieron su llamado. Una vez que están con él, identificados como los jugadores que pueden moldearse dentro de su idea, éste es el lugar donde hay que ganarse su preferencia, la oportunidad de convertirse en parte de este grupo. Es aquí donde se les martilla con su filosofía, la que hay que seguir al pie de la letra. Si no lo haces, no volverás, prácticamente sin importar lo que hagas por fuera del grupo. No te ganas un sitio en la selección por lo hecho fuera de ella. Te lo ganas por lo que haces aquí adentro.

“Si me ponen a elegir entre lo que han hecho por sus clubes y lo que han hecho por mí, siempre elegiré lo que han hecho por mí”, afirma el seleccionador. Y algunas de las convocatorias más importantes y fuertemente cuestionadas se han reivindicado con el tiempo: así ha sido con Dani Olmo, Pedri, Gavi, incluso hasta con Eric Garcia.

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El ejemplo más evidente es el de Iago Aspas, la mejor forma de explicar su filosofía: entre otras cosas, porque es aparentemente la decisión más difícil de explicar. Aspas es el mejor delantero español del momento y lo ha sido por bastante tiempo. Siendo sincero, no convocarlo a veces parece absurdo. Merece jugar con la selección de España. Véanlo jugar semana tras semana con el Celta y es casi imposible comprender que no haya sido llamado. Pero, entonces ¿se lo merece? Esto no es cuestión de merecimientos.

Tomen esta respuesta de Luis Enrique (la cual, cabe añadir, no se trataba explícitamente sobre Aspas, aunque de cierto modo parecía serlo y al menos se aplica a él, como al resto de los jugadores:

“Cuando los periodistas se fijan en un jugador que realmente se destaca en un momento determinado, lo hacen dentro del contexto de su club”, indicó el seleccionador español. “Pero, dentro del contexto de su club, ese jugador es el número uno y todos juegan para él. Marca todos los goles, no defiende. El contexto de la selección es muy distinto. Aquí, el equipo no juega para un solo futbolista, todos jugamos para todos. Todos atacamos, todos defendemos. He tenido muchos de esos jugadores exigidos por la prensa, llegan acá y pasa lo que pasa”.

“Un equipo no se conforma, simplemente, con los once mejores jugadores de La Liga. No sólo se trata de decir ‘convoca a quien marca todos los goles’. Buscas una coreografía colectiva. Lo que quiero es un equipo que salga a buscar el partido desde el primer minuto, sin importar el marcador: no nos echamos para atrás, siempre nos arriesgamos, seguimos presionando alto. Cuando tenemos que defender, queremos recuperar el balón lo más rápido posible. Así hemos jugado desde que estoy aquí, siempre. Eso es lo que quiero que haga el plantel y busco los jugadores que mejor interpreten nuestra idea táctica”.

Es una idea innegociable y también inescapable. Allí está, a sus oídos, con la voz de su amo persiguiendo a los jugadores por toda la cancha.

Fuente: ESPN 

Selección de España: La 'premiere' de Luis Enrique | Marca.com