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Keylor Navas observó desde la banca empate sin goles del PSG contra el Reims

Sergio Ramos fue expulsado al cierre del primer tiempo

El París Saint Germain no pudo pasar este sábado del empate sin goles ante el Stade de Reims, en un partido lamentable con tarjetas, peleas y poco fútbol. Con el portero costarricense Keylor Navas en la suplencia, el equipo del estratega Galtier jugó toda la segunda parte con uno menos por la expulsión de Sergio Ramos al 41'.  

Lo cierto es que ni con once futbolistas fue capaz el PSG de practicar un juego digno de lo que debe ser el rey y campeón de Francia. Fue una de esas jornadas en las que los parisinos se ponen las manos en la nuca y dejan que el tiempo corra a la espera de una genialidad de los de arriba.

     

Esta vez, Neymar comenzó desde el banquillo. Carlos Soler y Pablo Sarabia acompañaron a Mbappé en un experimento que no funcionó. Falta de fluidez, sin dominio del partido, flojos en defensa... Se podría decir, de hecho, que el Stade de Reims ha hecho más méritos para ganar un encuentro difícil de tragar. Lionel Messi no fue convocado por una contractura. 

Fabián protagonizó una de las mejores ocasiones de la primera mitad, con un disparo potente que Diouf despejó a saque de esquina. El Reims, con un juego más directo, amenazó a Donnarumma, que intervino poco, pero todo lo hizo bien.

Sobre el 33' de juego, Mbappé tuvo la mejor en un mano a mano que ni él ni luego Mukiele supieron aprovechar. Y al filo del descanso llegó la jugada que desencadenó toda la calentada posterior por parte de ambos equipos. El principal damnificado, Sergio Ramos, que perdió los papeles.

Primero, el colegiado del partido le mostró una amarilla discutible por una falta dudosa. No obstante, los jugadores del PSG protestaron más de la cuenta por una decisión que se puede entender que es errónea. Ahí, el árbitro debió escuchar algún insulto u ofensa de Ramos, al que le mostró la segunda amarilla y terminó expulsando.

Galtier también quitó a Verratti en el descanso, pero con uno menos el PSG generó más bien poco. Donnarumma sacó un chut peligroso de Zeneli y, poco después, salió Neymar al campo. Más leña al fuego. El brasileño gozó de una oportunidad clave, con un mano a mano que acabó con un disparo desviado.

Con los jugadores ya muy picados, el partido se encaminó hacia su recta final y, en el tiempo de añadido, con el Stade de Reims intentando apretar, llegó una tangana final que se resolvió con varias amarillas locales y también para el PSG, dos para Neymar y Mbappé. En definitiva, un duelo para olvidar y que confirma que el PSG, sin Messi, es un equipo muy distinto.

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