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Moe Howard fue la mente maestra de Los Tres Chiflados: solidario, atento y gran administrador del dinero

Sufrió bullying en la escuela y tenía una memoria prodigiosa
Fue considerado un devoto hombre de familia

Las locuras de Los Tres Chiflados rompieron la barrera del tiempo en la historia de las comedias de cine y televisión para hacer descostillar de risa a varias generaciones. Su vigencia demuestra que su éxito no tiene fecha de vencimiento. 

Lo que sí tuvo, en cambio, es un cerebro: Moe Howard, quien nacía un 19 de junio hace 124 años, el responsable de convertir al trío en el más famoso del mundo.

Para quienes disfrutaron de los cortometrajes de The Three Stooges (así su nombre en inglés), resultaría más que difícil asociar a uno de sus integrantes con las siguientes características fuera de la pantalla: sufrió bullying en la escuela, tenía una memoria prodigiosa, era romántico, atento y solidario.

Sí, se trata de Moses Harry Horwitz, Moe Howard más tarde, quien para el público era el líder mandón, cascarrabias y agresivo, llevó una vida que poco tiene que ver con la ficción y que atrapa a quien la conoce.

Del bullying a un corte de pelo icónico de Moe

Nacido en el seno de una comunidad judía en las afueras de Brooklyn, Moses era el cuarto de los cinco hijos de Salomón y Jennie Gorovitz, una pareja de inmigrantes lituanos que huyó de la persecución antisemita en Europa y en 1890 emigró a Nueva York, Estados Unidos.

Al llegar a América, un funcionario de Migraciones cambió su apellido a Horwitz, el mismo que más tarde los hermanos Moe, Shemp y Curlymodificarían a Howard para ajustarse al estilo artístico de la época.

Desde pequeño Moe se interesó por la actuación, un talento que fue ayudado por su memoria voraz: era capaz de memorizar libros que había leído y, claro está, las obras de teatro que lo fascinaban y veía cuando faltaba a la escuela.

Sucede que en el colegio era hostigado por sus compañeros, lo que hoy llamaríamos bullyng.y mucho tenía que ver en eso su madre. A ella le encantaba la abundante cabellera del pequeño y le hacía metódicamente 20 bucles que llegaban hasta el hombro, un peinado poco frecuente en el amanecer del siglo XX.

Moe detestaba su imagen y, harto de ser el blanco permanente de burlas de sus “amigos”, un día se encerró en el baño, tomó una tijera y cortó todos sus bucles. Lo hizo como pudo, después debió emparejar un poco el desastre que había hecho y su nueva imagen sería la del célebre “corte taza”. Una decisión que no sólo sirvió para escapar del acoso sino que se convertiría en su marca registrada.

Pasión por el teatro

Moe Howard, la mente brillante que creó Los Tres Chiflados, un clásico del humor que atravesó generaciones.

Los padres de Moe estaban disgustados por su constante ausentismo escolar y su deseo de tener una carrera en el mundo del espectáculo. Fue entonces que lo obligaron a matricularse en la Baron DeHirsch Trade School de Nueva York, donde tomó clases de taller eléctrico.

Como era de esperar, duró apenas unos meses y pronto volvió a transitar un dificultoso camino a la actuación y el teatro. Así, en 1909 se convirtió en chico de los mandados en las estrellas de los estudios Vitagraph, con sede en Brooklyn. 

Su perseverancia al tiempo dio sus frutos y comenzó a actuar en películas producidas por el estudio. Su familia pensaba que estaba desperdiciando su tiempo y su futuro al intentar hacer para los demás las mismas monerías que enseñaba en su casa.

Pero lamentablemente, la mayoría de las películas que filmó para Vitagraph se perdieron durante un incendio en su biblioteca de filmes el 2 de julio de 1910.

La década siguiente siguió con la actuación y el canto. En 1922, él y su hermano mayor Shemp comenzaron a trabajar en vodevil con su amigo de la infancia Ted Healy. Tres años después, en 1925, el recordado Larry Fine se unió a ellos. Le dieron vida a un trío, la semilla de Los Tres Chiflados en escena.

El amor de su vida, la prima del mago Harry Houdini

En 1925 Moe se casó con quien en definitiva sería el amor de su vida. Se trata de Helen Schonberger, la prima del increíble ilusionista Harry Houdini. Un matrimonio que solo la muerte pudo truncar, días antes de los que sería su 50 aniversario juntos.

Como contrapartida de lo uno recuerda en pantalla, More fue un romántico que le escribió cientos de poemas de amor cuando se casaron por primera vez.

Una anécdota lo pinta a la perfección: para su décimo aniversario llamó a la casa y ocultado su verdadera voz, preguntándole a Helen si tomaría a Moe Horwitz como su legítimo esposo. Luego realizó toda la ceremonia de la boda por teléfono, y al final cantó su canción de boda, "Oh Promise Me".

La pareja tuvo dos hijos, Joan y Paul. Cuando estaba por nacer la niña, Helen le pidió a Moe que dejara la comedia teatral para que pudieran concentrarse en su nueva familia.

Trabajos fallidos y hermanos de vuelta a escena

Decidido a volcarse a su mujer y su hija (la futura escritora del libro biográfico sobre su padre), Moe aceptó alejarse de los escenarios y probó suerte durante un año en el mercado inmobiliario. Pero ni su facilidad para hablar ni su dedicación ayudaron al éxito. Hasta incluso abrió su propia tienda minorista.

No había que dar muchas vueltas, su destino no estaba en los bienes raíces ni dentro de un comercio, sino en el mundo del espectáculo.

En 1927 volvió al ruedo. De forma intermitentemente dirigió y produjo obras en la Casa de la Comunidad Judía de Bensonhurst, y poco tiempo después volvió a actuar con su antigua pandilla de vodevil.

Experimentaron mucho éxito juntos, y las buenas críticas continuaron cuando se aventuraron en Broadway y luego en las películas, incluso después de que Shemp fuera reemplazado por su hermano menor Jerome, más tarde apodado Curly.

Líder natural de Los Tres Chiflados

Tras varias películas con Ted Healy para MGM, se separaron en 1934 y comenzaron a hacer temas cortos en Columbia Pictures como Los Tres Chiflados.

Fue el inicio de un fabuloso y prolifero sendero repleto de éxitos. Durante los siguientes 24 años protagonizaron 190 cortos, y ocasionalmente aparecieron en largometrajes.

Aunque los fanáticos de Moe Howard vieron en la pantalla que era muy mandón de mal genio, su personalidad en la vida real era todo lo contrario.

Era el único los chiflados que era bueno administrando dinero, y de hecho murió muy rico. Cuentan que siempre les insistió a los demás para le entregaran parte de sus salarios para guardarlo o invertirlo. No quería quedesperdiciaran todo su dinero en lujos, juegos de azar y mujeres.

Aunque rara vez mostraba sus emociones, solía expresarlas a través de los numeroso regalos que compraba para sus familiares y amigos.

En la misma línea de su madre, colaboró con muchas organizaciones benéficas, como el Spastic Children's Guild (del que fue presidente en tres ocasiones). Incluso se disfrazaba de Papá Noel para los niños enfermos.

Una muestra de su generosidad fue cuando apareció para Navidad en la casa de Emil Sitka, un actor de carácter con el que trabajaba y no la venía pasando bien, y llenó las alacenas y el refrigerador de comida para él, su esposa y sus siete hijos.

Sitka le escribió una carta para agradecerle: "El aceite se quema durante ocho días durante Hanukkah, pero mi antorcha arde en agradecimiento por ti para siempre".

Algunos hobbies curiosos

Más allá de la actuación, Moe encontró tiempo para disfrutar de una serie de curiosos hobbies. Uno de ellos era crear piezas de cerámica y otro, la fabricación de alfombras con ganchos.

También ocupaban la vida de este devoto hombre de familia la filatelia y la numismática (coleccionar sellos postales y monedas, respectivamente), la elaboración de vino y las carreras de autos en miniatura.

Triste final y reconocimiento eterno

Un cáncer de pulmón rápidamente terminó con la vida Moe, quien fumaba mucho. Murió a los 77 años, el 4 de mayo de 1975, cuatro meses después de la partida de Larry. Dos décadas atrás, ya habían fallecido sus hermanos Curly y Shemp.

Sus restos descansan en el cementerio Hillside Memorial Park, pero su eterno legado no lo hace. Los Tres Chiflados sigue siendo emitido en numerosos países y en un sinfín de lenguas y culturas.

Por si hace falta recordar, con el paso de los años el inigualable éxito se transformó en cientos de locales dedicados al trío, así como películas, series y programas de televisión dedicadas a ellos. También en éxitos musicales y hasta videojuegos.

El 20 de agosto de 1983, se hizo justicia por fin y los comediantes recibieron su estrella en el Camino de la Fama de Hollywood, en Los Ángeles, California. Y todo producto de una mente brillante que le dio vida a Los Tres Chiflados, la mente y el corazón del increíble Moe Howard.

La vida y el triste final de Larry Fine de Los Tres Chiflados

Un 24 de enero fallecía Larry Fine

Larry Fine nació un 5 de octubre de 1902 y fue uno de los que integró el trío humorístico "Los Tres Chiflados" que duró 47 años. Con su particular cabellera, encontró un lugar en el corazón de los televidentes.

Su historia con el mundo artístico, comienza trágicamente cuando tenía apenas 4 años de edad, donde se quema con ácido un brazo. Estuvo al borde de sufrir amputación pero una serie de operaciones lo impidieron. Es por eso, que los médicos le recomendaron tocar un instrumentos para para recuperar la movilidad de los músculos y tendones de la extremidad afectada. Gracias a esto se transformó en un gran violinista profesional.

Más tarde empezó a practicar boxeo, siempre buscando fuerza y movilidad en ese brazo. El tiempo hizo que también se convirtiera en un boxeador profesional.

Llegó a disputar algunas peleas como federado, pero su padre prefirió que se dedicara a otra cosa. Es ahí cuando el teatro llega a su vida y lo abraza para siempre, aunque sus padres estaban en desacuerdo. Trabajó en múltiples proyectos teatrales, pero sin duda alguna llegaría una que le cambiaría la vida para siempre: Los Tres Chiflados. Este, fue un grupo de actores cómicos estadounidenses activo entre 1923 y 1970, que realizaron 190 cortometrajes para Columbia Pictures, emitidos regularmente por televisión desde 1959. Se caracterizaba por su humor absurdo y el slapstick. El trío tuvo a Moe Howard y Larry como miembros estables y una serie de actores que le daba vida al “tercer chiflado” en diferentes épocas como: Shemp Howard, Curly Howard, Shemp Howard nuevamente, Joe Besser y Joe DeRita.

Detrás de cámaras, Larry llevaba una vida bastante despreocupada y desorganizada, a menudo concretando grandes festines, y llegando con retraso a reuniones importantes. Era ludópata y un pésimo administrador, ya que prestaba dinero a quienes debían pagar deudas, y despilfarraba el importe sobrante en bienes suntuarios y costosos regalos. Con su esposa e hijos y durante el éxito de la serie, vivía de hotel en hotel. Este descuidado manejo de su capital lo hundió prácticamente en la miseria cuando Columbia decidió poner fin a "Los Tres Chiflados" en 1958.

En noviembre de 1961, en un accidente de tránsito, murió Johnny, su hijo mayor. El joven tenía 24 años y eso fue un gran sacudón para su vida. Su muerte, la manera en la que se dio, no lo soportó. Seis años más tarde la vida le terminó de dar la última estocada cuando falleció su esposa. Repentinamente, de un paro cardíaco, Mabel falleció y le causó una gran angustia, sobre todo por las circunstancias. Él estaba trabajado, en plena gira con Los tres chiflados, cuando le avisaron de lo que había ocurrido y voló a California para despedirla.

A la par, su salud se fue deteriorando progresivamente. En 1970, justo en el último año de la serie, sufrió una hemiplejia que lo obligó, con 69 años, a alejarse para siempre de los escenarios. Los últimos años los vivió en un hospital, lugar al que lo iban a visitar todos los días su hija Phyllips y su amigo y compañero en los chiflados, Moe Howard. A la par, allí aprovechó para entretener al resto de los pacientes desde su silla de ruedas, no necesitaba más que eso, y escribir su autobiografía a la que tituló “Golpe de suerte”. Su luz de apagó el 24 de enero de 1975, en la tranquilidad del sanatorio al que llegó por su condición de actor, porque ya no tenía dinero para elegir.

Fuente: Diario Clarín Argentina