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Gol de Neymar le da victoria al PSG en el clásico frente al Marsella

Keylor Navas fue suplente 

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El París Saint-Germain ganó al Olympique de Marsella en 'le Classique' gracias a un gol de Neymar, que volvió a ser diferencial. La victoria parisina 1-0 supuso una suerte de reconciliación del tridente estrella del equipo después de las polémicas de esta semana y la anterior. Keylor Navas, portero costarricense, fue suplente en el PSG.

El triunfo es la consecuencia más lógica para un encuentro en el que los parisinos hicieron más. De hecho, protagonizaron una traca inicial de ocasiones que tan solo evitó que acabara en gol Pau López. El portero español hizo un comienzo exquisito con varias paradas de muchísimo mérito y mantuvo en la pelea a los suyos.

  

Quizá su mejor intervención, una palomita a mano cambiada a un tiro de Mbappé que dio en un defensa. Lejos de confudirse por el cambio de trayectoria del cuero, el guardameta lo intuyó para elevarse y palmear la pelota. Como esta, hubo unas cuantas acciones más que componen el ABC del guardián bajo palos.

Pau acabaría siendo rendido justo antes del descanso, cuando Neymar recibió la pelota rasa de Mbappé en el corazón del área y, a bocajarro, no perdonó. Decenas miraron al marcador, 1-0; centenas se fijaron en la clasificación, liderato desahogado, y miles se centraron en cómo se daría la celebración. Sí, hubo abrazo entre Messi, Neymar y Mbappé tras las tensiones que ha estado recogiendo la prensa.

  

De hecho, a decir verdad, conectaron bastante en el verde. Pocas jugadas polémicas en las que rechazan pasarse la pelota el uno al otro se pueden recoger. Por ejemplo, una de las mejores oportunidades de las que dispuso Messi se dio en la segunda mitad, cuando Mbappé le filtró un balón a un costado del área. El argentino lo picó y falló. Aporreó la valla publicitaria como gesto de frustración. Tenía ganas de ver puerta y se quedó con las ganas.

Acabaría en el banquillo, como Neymar, en los compases finales, pero no sin haber dejado enmudecido al Parque de los Príncipes con un disparo de falta que estampó con el travesaño. Él mismo había generado la falta y es que tanto él como Neymar fueron los grandes culpables de que el Marsella, poco a poco, se obcecara en que tenía que derribar a ambos para cortar los ataques de los de Galtier.

Este aspecto puede parecer evidente, el de siempre, aunque es crucial en este caso. Los mejores momentos de los de Igor Tudor se dieron al arrancar la segunda mitad. Llegaron a disponer de ocasiones claras y hasta Mbemba se sumó al ataque con una intentona de chilena. En cuanto el tridente rival subió una marcha, sus jugadores parecieron olvidar sus buenos minutos, retrocedieron y se centraron quizá demasiado en lo que podían sufrir en lugar de en lo que podían dañar.

De ello se explica que hubiera un expulsado, Gigot. El '4' entró al campo justo antes del descanso porque Bailly, al igual que Danilo Pereira -ingresó Mukiele por él-, se lesionó. No tardó en calentarse demasiado. Primero, tuvo un encontronazo con Messi, que le arrojó una mirada de desprecio tras ser derribado bruscamente. Poco después, apuntó la matrícula de Neymar.

Su problema, que no calculó bien al entrarle al brasileño y se lo llevó por delante. Por su temeridad, aunque no llegó a propinar una patada tan clara como otras, el colegiado decidió mandarle a las duchas antes de tiempo. Esto generó cierta indignación en el conjunto 'phocéen', pero también es cierto que, hasta el momento, el árbitro había resuelto todo el duelo sin sacar una sola tarjeta. Era lógico que, en cuanto alguien se pasara de frenada habiendo sido advertido, lo castigara duramente.

Con uno menos en el campo, el Marsella terminó de consumar su derrota, una pena por cómo desaprovechó el gran día de su portero. Pau López protegió, el PSG golpeó, el equipo reaccionó, se dejó entretener por los trileros parisinos y estos los condenaron. 'Le Classique' es, un día más, del Parque de los Príncipes. 

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