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Bayern Múnich vence 5-3 al Leipzig y se deja la Supercopa de Alemania

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El Bayern Múnich se llevó esta sábado la victoria con autoridad (5-3) en la Supercopa de Alemania ante un RB Leipzig que estuvo muy combativo. 

El cuadro bávaro, con 0-3 a su favor al descanso, no fue capaz de controlar el partido y casi lo paga caro en el segundo tiempo.

El Leipzig empezó con dudas el partido ante la artillería del rival, pero en el segundo acto se sobrepusieron y casi acabaron rozando la machada de forzar la prórroga tras un 0-3 en contra. Hubiese sido algo asombroso, como lo fue el choque de Musiala.

El joven talento del Bayern hizo lo que quiso a la defensa del RB Leipzig durante su presencia en el campo. La destrozó por completo y de ahí esa superioridad al final del primer acto con tres goles para los bávaros.

En el 14', el chico aprovechó un balón suelto y soltó un latigazo para iniciar la cuenta visitante. No hubo ni tiempo de pestañear cuando Nkunku empató el partido, pero el árbitro lo invalidó porque consideró que el balón, en una acción entre Gnabry y Simakan, le dio en la pierna al jugador de los de Tedesco.

Y a partir de ese momento, el RB Leipzig se vino abajo. En el 31' llegó el tanto de Mané previa asistencia de Gnabry y Pavard, con la colaboración de Musiala, mandaron el partido al descanso con 3-0.

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El Bayern no controla, se duerme y casi lo paga

Tras la reanudación, los 'toros rojos' salieron con todo a por el choque y le enseñaron a su rival que todavía estaban muy vivos. Y dicho y hecho. En el 56',  André Silva avisó con un testarazo que fue directo a la escuadra y ya en el 60', Halstenberg, que le ganó el salto a Pavard, mandó la pelota al fondo de la red con la cabeza. Muy flojita la defensa bávara a balón parado.

Lejos de arrugarse, el Bayern aplacó por unos momentos la rebeldía del RB Leipzig con el 1-4, obra de Gnabry. El germano remachó a la red un balón rebotado por un defensor tras el disparo de Müller. Parecía que el encuentro estaba más que visto para sentencia, pero no fue así.

Y es que los de Tedesco echaron el resto y aprovecharon que los bávaros no fueron capaces de controlar el juego. En el 77', Nkunku recortó diferencias tras un penalti cometido a Dani Olmo y ya en el 90', el español, que entró como revulsivo en el segundo acto, estableció el 3-4 tras una gran acción individual.

Había tiempo para forzar la prórroga, pero Sané se encargó de borrarla de la mente de los jugadores del RB Leipzig. El ex del City, que tenía delante al portero y a un defensor, recortó a ambos y finiquitó el partido. El Bayern se llevó su décima Supercopa de Alemania, el primer título para un Mané al que también le anularon dos goles. Con o sin Lewandowski, la vida no cambia en Múnich.

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